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366 devotional readings that will unlock the secret power to Abiding In Christ

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Reimar A.C. Schultze

Llamado a la Obediencia Archivo

“...Jesucristo, hijo de David...” —Mateo 1:1

"¿Tienes Algún Resentimiento?"

Casi todos los libros de la Biblia empiezan con sus mensajes más significantes. Por ejemplo, Génesis. Encuentras en los primeros dos capítulos la revelación de Dios como el Creador de todas las cosas. A través de esto, su omnipotencia, omnisciencia, y su plan divino para todas las eras es revelado. Toma el siguiente libro, Éxodo, y veras que en los primeros dos capítulos Moisés se convierte en el libertador de los hijos de Israel en Egipto. Levítico empieza con el significado de el sacrificio de sangre, y que sin sangre no existe perdón de los pecados (Hebreos 9:22).

Me gustaría observar el Segundo Libro de Samuel. Vamos a hablar de su principio. 2 Samuel revela el corazón de David, un poeta, cantante dulce, guerrero, y rey de Israel. a.C. encuentras el corazón de unos de los hombres más grandes en la Biblia. Muchos escolares buscan por doctrinas y posiciones teológicas. A mi me interesa mas el corazón de una persona que sus doctrinas. ¿Tu no?

Yo preferiría vivir con alguien que tiene un corazón apegado al de Dios que tiene algunas doctrinas incorrectas, que estar con el hombre que tiene todas las doctrinas correctas, pero un corazón incorrecto. Últimamente, el hombre con el corazón bueno va a ser guiado por el Espíritu a las doctrinas correctas (Juan 7:16–17; 14:15, 23).

Y hablando de doctrinas, ¿necesitamos un libro de teología nuevo, no crees? No tenemos un libro práctico sobre la doctrina del corazón, o carnalidad, o esperar por Dios, u oír la voz de Jesús, sobre amor divino, y el caminar con Dios—todo en el mismo libro. Como puede ser que han pasado 2000 años de la venida de Cristo, y ¿todavía no tenemos un texto comprensible de estas materias tan vitales? Ora conmigo que algún día tendremos un libro como este, explicando doctrinas para la vida Cristiana práctica.

Pero vamos a ver a 2 Samuel para ver el corazón de David. David es la única persona en la Biblia que dice que tenía un corazón según el corazón de Dios. Eso lo dice cuando el recibió la unción de rey de Israel (1 Samuel 13:14), y así se repite después de su muerte, unos mil años después, en el Nuevo Testamento (Hechos 13:22). Le pongo mucha confianza a la primera más que esto es escrito, pero mucha mas la segunda vez, porque Pablo dice que Dios estaba completamente completo con el corazón de David.

Claro, se que algunos de ustedes tienen preguntas inmediatas. Dices, “¿No fue David quien cometió homicidio y adulterio? No contó a las tropas en un tiempo donde no debería?” Déjame decirte do cosas importantes acerca de esto:

1) Aun cuando fracasaba, David tenía el corazón de acuerdo al de Dios. Se arrepintió tan profundamente, y tan quebrantado, que le agradeció a Dios perdonar sus pegados y hasta olvidarlos. Lee Salmo 51 para ver como deberíamos de arrepentirnos ante Dios! Esta es la mas grande de todas las confesiones en la Biblia, y debería de ser un ejemplo de como deberíamos de confesar nuestros pecados ante Dios. Si tu confesión no es tan intensa como la de David, puede ser que todavía no as sido completamente perdonado. Y, porque su confesión y arrepentimiento eran tan verdaderos, sus acciones no van a poder ser encontradas en el libro de sus acciones en el Día de Juicio (Apocalipsis 20:12). Por lo cual, el Espíritu Santo podía ser testigo en Hechos 13:22 que David era un hombre con un corazón según el de Dios. Eso incluye que se arrepintió como todos los humanos deberíamos de arrepentirnos.

 2) David no era un pecador múltiple. No peco seguidas veces como si no importara. El sabía que su pecado estaba cortando su relación con Dios. Y todos los Salmos que escribió, y la mayoría de el resto que el escribió, nos indica que el quería tener esa relación intima con Dios mas que nada. David podía manejar cualquier cosa que cualquier persona le echara, cualquier persona en el mundo y hasta a el diablo, pero el no podía manejar una vida sin el Espíritu Santo. Así es para un hombre de corazón según al de Dios.

No solo nos dice las Escrituras que David tenia un corazón quebrantado, pero nos dice también, en el primer capitulo de 2 Samuel, que un hombre con el corazón según al de Dios no tiene resentimientos.

Dios no tiene resentimientos—nunca los a tenido, y David tampoco los tenia. Y tu? Si los tienes, no eres un hombre según el corazón de Dios. Aprendemos de David, y del Señor, que no existen resentimientos justificados.

 Por mas de 17 años el Rey Saúl trato a David como si fuera un perro rabioso, persiguiéndolo por Israel, haciendo su vida lo mas miserable posible. El hizo que David se durmiera en una cave, nunca sabiendo si se levantaría un hombre libre. Por más de 17 años, David no tenía una familia digna de ser mencionada. Por lo que entiendo, el podría haber sido unos de los hombres mas amargados en la Biblia. Dios lo había ordenado como rey. El debería de estar viviendo en un palacio en vez de dormir en las piedras frías y mojadas de una cave. El debería de estar persiguiendo a los enemigos de Dios en vez de ser perseguido por uno de sus hermanos bajo el pacto de Dios.

Pero, amigo mió, cuando Saúl murió, en vez de regocijarse, David lamento por el en una manera tan sincera y honesta, tan de el corazón, como si Saúl hubiera sido su mejor amigo. No solo eso, pero causo que todo Israel lamentara por el. La Biblia dice que cuando David oyó de la muerte de Saúl, “Entonces David trabando de sus vestidos, rompiolos; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con el. Y lloraron y lamentaron, y ayunaron hasta la tarde por Saúl...” (2 Samuel 1:11–12). En los versículos 19 a 27, puedes leer que David hasta escribió una canción que alababa a el hombre que lo queria matar. Esto no seria posible si David tuviera cualquier resentimiento contra Saul.

Casi no puedo pensar de alguien en mis 39 años de ministerio que no tenía resentimientos contra alguien que los había lastimado o desilusionado—por algo mucho mas pequeño que lo que David experimento. Alguien tiene resentimientos porque no tuvo una herencia; alguien contra su jefe porque no puede ser pagado mejor por su raza, o religión, o cualquier otra cosa; otro contra su pastor por no ser elegido para enseñar en la iglesia; aun otro contra su conyugue porque el o ella no recibió el respeto que quería. Y la lista incluye muchos más.

Ay, Señor y Dios, ten misericordia de nosotros! ¿Adonde podemos encontrar a un hombre según tu corazón? ¿Adonde encontramos a un hombre que no tiene resentimientos contra nadie? ¿Como se compara, amigo mió, tu corazón, con el corazón de David?

Todas nuestras obras religiosas y nuestros testimonios no son más que hipocresía si tenemos cualquier resentimiento contra alguien. Jesús dijo, “Perdonen también a vosotros vuestras ofensas...” (Marcos 11:25–26).

En plano, esto significa que si tienes cualquier resentimiento contra alguien, tus oraciones no van a subir más que tu cabeza, y tú eres un hombre miserable y sin perdón. Jesús dice que si no perdonas a otros, tu Padre en el cielo no te perdonara. Dime, ¿acaso puede ir al cielo alguien no perdonado?

Tenemos que deshacernos de nuestros resentimientos. Tenemos que venir puros ante Dios. Tener resentimientos no es solamente malo para tu alma, pero también para tu cuerpo. Cuando tienes resentimientos, estas sufriendo de stress, y eso produce toxinas. Estas toxinas en nuestros cuerpos pueden causar enfermedades de alergias, a artritis, a cáncer, a alta presura. Cuando el cuerpo esta sufriendo stress el numero de células blancas en la sangre baja, por lo cual en sistema inmune es debilitado; en otras palabras, el sistema de defensa de el cuerpo es debilitado. Eres miserable en cuerpo, alma, y espíritu.

Y ¿como nos libramos de nuestros resentimientos? Pídele al Señor que te ayude a ver que tan serio es este pecado mortal. Arrepiéntete de estos resentimientos y confiésalos a la persona. Si después regresan estos resentimientos, ve a la persona contra quien los tienes y pídeles perdón humildemente repetidas veces, hasta que estés tan cansado de tus pecados y de el demonio que, en desesperación, tu vas a tener una nueva oportunidad en el Espíritu. Si no trabajas en librarte de tus resentimientos, va a permanecer en una recamara escondida de tu corazón, continuamente arruinando tu relación con Dios.

Cuando tenemos resentimientos no estamos llenos de el Espíritu Santo, pero estamos en la carne, y la carne es enemiga de Dios. Ellos que tienen resentimientos normalmente forman separaciones de descontento en las iglesias. Cuando tenemos resentimientos tratamos de encontrar a alguien que simpatice con nosotros. Axial que vamos a otra persona que también esta descontenta, quejándose, dolida, y encontrando faltas. Nunca vamos a uno de los santos de Dios, porque ellos no tendrán simpatía de nosotros.

Como pastor, puede ver a la mayoría de mi congregación y ver que tengo dos tipos de personas. Todos los pastores están de acuerdo conmigo. Tenemos a los felices y contentos en una mano; y en la otra mano tenemos los infelices y negativos, que normalmente tienen un resentimiento contra alguien. Y cuando los “resentidos” de la iglesia se juntan, que problema tenemos. Puede romper la iglesia, o mandar al pastor a otro lugar. Pero si los felices se juntan, el fuego de avivamiento se emprende en la iglesia.

David no tenía resentimientos. Pedes ir por todo lo que el fue por 17 años—el ser maltratado, no respetado, y toda la dificultad emocional y física—y ¿no tener resentimientos? ¿Puedes seguir cantando a través de todo esto?

David era un hombre según el corazón de Dios—tanto axial que Dios decidió empezar el Nuevo Testamento con estas palabras:

“Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David...”—Mateo 1:1

David tenía la habilidad de separar al hombre del enemigo. El sabía que Saúl era un hombre creado en la imagen de Dios, un alma preciosa y eterna con más valor que el mundo. También sabía la debilidad de la sangre, el enemigo de Saúl. Se enfoco en el valor de Saúl como ungido de Dios, e ignoro el resto.

Acaso no fue esto lo que Jesús hizo en la cruz cuando le dijo a sus acusadores, “Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

Axial que, cuando alguien te maltrata, míralos como Jesús nos vio y nos sigue viendo, y vas a ser un hombre según el corazón de Dios; un hombre a través del cual Dios va a poder hacer todos sus propósitos.


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